miércoles, 1 de junio de 2016




DÍMELO TÚ, PALOMA


Domingo por la mañana. Decidí salir a dar un paseo por Yamaguchi, uno de mis parques preferidos de esta ciudad que me acoge. Ese parque me parecía sacado de un cuento de princesas, hadas y de más personajes idílicos con los que crecí. Me hacía sentir bien caminar por allí. Hasta que la sandalia que llevaba ese día comenzó a hacerme herida. ¡ Malditos pies míos, anchos tenían que ser! , ¡no podían ser finitos y sensuales como los de cenicienta no!. Tenían que ser así, como los míos, anchos y abultados para que no pueda comprarme ningún zapato de tacón, ni alguno cuqui que se salga de lo estipulado. ¡Ays!, prometía ser una mañana dominical soleada y perfecta, pero se estaba yendo de lo estipulado.
Me senté en un banco para calmar el dolor de pies. Hacía una temperatura ideal. Comencé a leer el diario.
Pero, como no podía ser de otra manera empezó a levantarse aire.
El viento hizo que mi periódico volará por todo el parque. Justo cuando estaba leyendo una interesante columna de opinión. Porque las opiniones de los demás hacen crear las nuestras propias y nos enriquecen. Uff, a ver como me las apañaba ahora para recuperar todas las hojas.
Pude salvar algunas, pero otras habían caído al lago. Bueno  pensé, un poco de información no les vendrá mal a los patos. Porque si algo es cierto, es que son las aves menos informadas las pobres. En cambio las palomas, ¿ Qué me decís de ellas?, son las más listas, avispadas y cochinas. Por algo las llaman “ ratas del aire”. Vas andando por medio de la calle y casi tienes que cederles tú el paso a las muy cabritas.
De pequeña , adoptamos dos palomas del retiro de Madrid. ¡ Qué ocurrencia la de mis padres!, no me querían comprar un perro, así que me adoptaron a triky y maka, las aves más repugnantes existentes . Nos duraron tres días. Y uno de ellos lo pasaron en la ventana del vecino.
Vecino del cual más adelante me llegué a enamorar y nos pasábamos notitas por la ventana. Eso sí que era amor de riesgo.
Bueno, como decía, opiniones hay muchas. Pero certifico que aves como las palomas no han hecho mucho en este mundo , salvo que eran  nuestro antiguo washapp en tiempos remotos. Hoy por hoy, sólo molestan y deberíamos exterminarlas.
Porque sus cagadas manchan,  confunden, sobre todo en verano, cuando estás tomándote un helado de nata y chocolate, te cae mierda de paloma en el brazo y dudas, dudas mucho.
Llegué a casa medio coja y con sólo medio periódico en mi poder. Abrí la ventana de mi alcoba  y ¿ a que no sabéis que?, si, había dos palomas allí. Como si me estuvieran esperando justamente esa mañana, acechantes detrás del ventanal, para darme mi merecido.
Enrollé lo que quedaba del periódico y me lié a golpes contra ellas. Salieron volando las muy cobardes, ¿ os lo podéis creer?, ¡volando!
Si yo pudiera volar, ay, si se me concediera a mi ese don, me recorrería el mundo en busca de opiniones, absorbería toda clase de culturas y pensamientos diversos.
Que poco aprovechan estas palomas su don. Listas, listas no son. Tiquismiquis un poco

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